En tiempos donde todo se analiza en cuanto a su valor y a lo que la gente puede pagarlo, el cantante de SOAD piensa como el mercado: cuanto menos me muestro, más interés genero. Menos producto, a un mayor precio.
En una nueva entrevista con Loudwire Nights el vocalista de System of a Down, Serj Tankian, habló de esto y de mucho más temas.
Primero le preguntaron si la la promoción de su libro 'Down With The System' -en el que afirma que se llegó a buscar un reemplazo para él en la banda- provocó algún tipo de conversación o de cambio en el foro interno del grupo: "En realidad, no. No. Somos una vieja máquina de vapor. Hacemos cosas. Nos reunimos en los ensayos, gastamos bromas, comemos algo, tocamos nuestra música, vamos a un recital. Nos conocemos desde hace mucho tiempo. Me siento muy privilegiado y afortunado de tener compañeros como los que tengo con los que llevo trabajando tanto tiempo. Y la idea de que todo el mundo tiene que estar de acuerdo en todo en todo momento, ya sea en las giras, en las grabaciones o en lo que sea, me supera. Algunas personas dicen: 'Bueno, eso es lo que es una banda. Es una unidad, una cosa'. No, no lo es. Llevo 30 años en esto y conocí a cientos, si no a miles, de otras bandas, y no es así. Pero es genial encontrar un compromiso de incluso si sólo hacemos lo que los cuatro queremos hacer, y eso podría ser un show al año o dos shows al año, o grabación o lo que sea, estoy feliz con eso, porque es lo que es. Es algo hermoso”.
¿Y en cuanto a las giras? “Hay grupos que hacen giras todo el año, que graban un disco cada año o cada dos años, y su impacto en la música, el de muchos de ellos, no es tan fuerte como el de System of a Down. No hace falta hacer un millón de cosas para tener impacto en la vida de la gente o en la propia música. Necesitas hacer una cosa bien”.
"Hablamos de hacer conciertos y todo eso. Y dejé muy claro que no soy fan de las giras largas por muchas, muchas razones. Cuando tocamos en conciertos sueltos es divertido. Es la diversión que le faltaba a las giras para mí, el hecho de que sean un acontecimiento. Se convierte en algo especial”.
“Y lo curioso es que el valor de la banda, en términos de giras, creció exponencialmente cuanto menos giramos. Hay bandas que giran como locos y no son cabezas de cartel y tocan como 200 recitales al año. Tal vez deberían parar un poco. No sé. No jugamos al juego de la oferta y la demanda. Sólo hacemos lo que, como seres humanos, queremos hacer con nuestras vidas”.