Vibraron junto a más de 50 mil personas.

Babasónicos cerró su "trinchera" en el Campo Argentino de Polo

Por Sofía Llamedo

 

Lo cierto es que 30 años de carrera musical no son para cualquiera. Pero si de algo puede dar registro Babasónicos es que logra perdurar, amoldarse a las épocas, romper esquemas y sobre todo, crear hits. 

Así es como la banda liderada por la poesía de Adrián Dárgelos llegó al show más grande e importante de su carrera en el Campo Argentino de Polo, ubicado en la húmeda y calurosa Ciudad de Buenos Aires, ante más de 50 mil personas.

La excusa de la noche fue la presentación de su último disco Trinchera, donde lograron combinar casi de manera mágica sus clásicos de siempre. La puesta en escena se veía simple: una pantalla en forma de triángulo con hierros en la parte superior y dos más a los costados con parlantes sostenidos por grúas. Pero eso cobró vida con las visuales en los primeros acordes, todo responsabilidad de Sergio Lacroix. 

Así fue como pasadas las 21:30h se apagaron las luces, y luego de una intro casi de secta, abrieron el show con “Anubis”. Continuaron con “Pijamas”, “Y qué” y luego sorprendieron con “Montañas de agua” a quienes los siguen desde sus primeros recitales en la ciudad bonaerense de Lanús, allá por 1991. Esta última forma parte del disco Trance Zomba (1994) y su video vintage se reflejó en las pantallas mimetizándose en el paisaje porteño. 

El calor predominó y por momentos el público pedía agua a gritos, pero nunca dejaron de aplaudir y bailar al compás de la sensual atmósfera que solo logra Babasónicos. Sonaron en seguidilla “Sin mi diablo”, “Once” y “Pendejo” como una muestra impecable del rock que pueden desplegar. 

Volvieron a Trinchera con uno de los himnos del disco: “La izquierda de la noche”, con el logo de la reconocida canción como eje hipnotizador de la magia nocturna. “La noche es un portal imaginario donde habitan los permisos que de día ni en pedo se dan”, encajó a la perfección con la luna en cuarto creciente que se asomaba entre los edificios. Luego llegó “Viento y marea” y minutos más tarde, como en las radios de toda la argentina durante los años 2000 sonó “El colmo”. 

“Voy a usar esas palabras que usan todos y que nadie siente propias. Voy a parpadear en clave morse hasta hacerte entender de qué hablo”, con la voz apenas distorsionada de Dárgelos tocaron “Mentira Nórdica” acompañados de un fantástico juego de luces y una perfecta composición visual gracias a las cámaras desplegadas.

La fusión entre “Vampi” y “El loco”, no podía faltar como es costumbre en el álbum en vivo Repuesto de fe. El guitarrista Carca impresionó tocando un sitar indio y su imagen se imprimió en las pantallas como sello de la versatilidad del músico.

Los cuerpos comenzaron a moverse con “Microdancing”, pero luego bajaron los decibeles con la brisa que soplaba al sutil ritmo de “Imagino que a tu forma de ser le sobra, el ingrediente que a mi forma de amar le falta”, estribillo de “Ingrediente”. 

Dárgelos dejó de lado su outfit de sogas cual prócer, para meterse de lleno en uno de los discos que lidera sus plataformas musicales: Jessico (2001). Este contiene “Los calientes” y “Deléctrico”, las luces de la escena se volvieron multicolor logrando uno de los momentos más épicos de la noche. 

Obvio que los exóticos y sensuales movimientos del gran showman hacían vibrar al público y “Mimos son mimos” y “Bye bye”, no fueron la excepción. En dos ocasiones bajó hasta el vallado para cantar cerca de los fanáticos: primero en “La lanza” y luego en “Cómo eran las cosas”. Mientras, en los edificios linderos prendían y apagaban las luces de los departamentos como señal de disfrute. 

La banda se tomó unos minutos después de “Carismático” / “Yegua”. En ese momento, gran parte del público comenzó con “el que no salta votó a Milei”, cántico que se volvió costumbre en los recitales de rock. 

“Alguna noche como esta nos van a venir a buscar y vamos a haber salido de la trinchera. Porque lo que sigue es cuerpo a cuerpo”, fueron las únicas palabras pronunciadas por el cantante al volver al escenario, además de los reiterados “Gracias”. 

Con su nuevo jingle “Tajada” comenzó el final del show para cerrar con el éxtasis de “Putita” e “Irresponsable”.  De esa manera, Babasónicos demostró nuevamente ser una fiesta popular que usó el Campo de Polo como Trinchera sólida para desplegar su magnífico arte. 

 

 

Cobertura digital: Malena Berardi.

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