Después de 10 años la banda volvió a presentarse en el teatro porteño.

Massacre brilló en el Gran Rex

Por Tatiana Cusato

¿Estás dispuesto a asumir el riesgo? Fue la pregunta que Massacre le hizo a su público casi a modo de provocación para invitarlo a su presentación en el Teatro Gran Rex, a la que denominó Riesgo Rex. Y si se quiere, también se puede trasladar la pregunta a un nivel más mundano ya que el clima en la Ciudad de Buenos Aires presentó todo un reto: típica noche de otoño donde la lluvia cayó sin parar, y quien se arriesgó a salir de su casa fue merecedor de la recompensa.

Por lo general Massacre no es una banda que se vea con el trasero apoyado en unas cómodas butacas de teatro, pero este viernes 19 de mayo la agrupación de rock alternativo por excelencia en el under argentino, supo llevar a su público a un lugar diferente con los temas de siempre (y los adelantos de su nuevo disco también).

Ante una sala llena y con las luces tenues, se vio hacer su ingreso al escenario al multiinstrumentista Javier Casalla -que viene de romperla en Vélez con Divididos y La Renga- junto a su cuarteto de cuerdas. Así como quien no quiere la cosa también aparecieron los integrantes de Massacre: “El Tordo” Mondello, Charly Carnota, “Fico” Piskorz, Luciano Facio y por supuesto, Walas.

Ahora sí, que comience el show: los dos primeros temas junto al cuarteto de cuerdas fueron “La Nave” y “Río Siempre”. Después le siguieron “Te arrepiento”, “Querida Eugenia” y “Niña Dios”, todo perfectamente conducido por un histriónico Walas que a estas alturas ya había tirado varios besos al público y hasta había arrojado un “¿Cómo anda eso, sentados?”.

Después de tocar “Celebrity” del álbum Ringo (2011), tocaron el nuevo single recientemente editado, “La Cita”, que formará parte de su próximo disco.

Luego del clásico “Te leo al revés”, llegó el turno de “Muerte al faraón” que hábilmente se transformó en una versión de “Heroes” de David Bowie. Y lo que vino después fue advertido por Walas aunque quizás pudo haber pasado como una más de sus frases: “a flashear” dijo, y allá fuimos.

A partir de “Fieles a la montaña” empezó una lista de temas diseñada para el cuelgue. No solo estuvieron hermosamente interpretados, sino que también estuvieron perfectamente acompañados con la puesta en escena; con un diseño de luces y de imágenes proyectadas en la pantalla al fondo del escenario, que resultaron el complemento perfecto para la situación. Así pasaron la inédita “Riesgo”, “La octava maravilla”, “Sofía, la super vedette”, una versión de “Minicubics” que derivó en “Tomorrow Never Knows” de The Beatles, “Si quieren, pueden volar” y el nuevo “Ella va”.

El flash siguió con “El deseo” y “Tanto amor”, pero interpretados solamente con la voz de Walas, el violín de Javier Casalla y el piano de Ayelen Secches. Con el reingreso de todos los músicos, incluidos los miembros de la banda y el resto de las cuerdas, la cosa se puso más intensa y tanto público como músicos nos vimos entregados a los climas y la atmósfera que los Massacre supieron crear. El folkore de los recitales de a pie sólo se hizo presente en los bises con “La reina de Marte”, “Plan B: Anhelo de satisfacción” y “Mi mami no lo hará”, únicos momentos en que el público se despegó de las butacas para cantar a los gritos y despedir a la banda con fervor y una placentera sensación de haber presenciado tan lindo recital.

Desde este humilde lugar pensamos: misión cumplida para los Massaccre. Riesgo Rex fue un triunfo a la hora de vivir una linda experiencia y una manera diferente de disfrutar de sus temas por un poco más de 2 horas.

Cobertura audiovisual: Sofía Del Gesso
Ph: @tutedelacroix

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