Por Tatiana Cusato.
El festival dedicado a la música más pesada dentro del rock se llevó adelante en el estadio Movistar Arena, con sus localidades totalmente agotadas, reafirmando el amor del público argentino por el género musical.
Al igual que en la primera fecha, una banda nacional fue la encargada de dar el puntapié inicial. Esta vez fue el turno de Horcas, la agrupación que hace más de 30 años viene enarbolando en lo más alto las banderas del metal argentino.
Desde el comienzo Walter Meza, "Topo" Yáñez, Sebastián Coria, Cristian Romero y Lucas Bravo demostraron estar muy emocionados y agradecidos por tocar en el mismo escenario que sus ídolos de Judas Priest, y cerraron un set impecable interpretando “Destrucción”, el clásico de V8.
Luego de un intervalo llegó el momento más esperado: las luces se apagaron, se elevó sobre el escenario la típica cruz que representa a Judas Priest y los miembros del grupo británico hicieron su aparición sobre el escenario.
“Electric Eye”, “Riding on the Wind” y “You've Got Another Thing Comin'” fueron los tres primeros temas y los clásicos fueron llegando uno detrás de otro, casi sin dar respiro, y haciendo alarde del talento de cada uno de sus músicos.
En un día de mucha euforia para los argentinos por haber llegado a la final de la Copa Mundial de la FIFA Qatar 2022, Judas Priest tuvo un detalle que no pasó para nada desapercibido: promediando el show tocaron “Turbo Lover”, su tema de 1986, para luego aparecer en la pantalla gigante del escenario una imagen de Lionel Messi apuntando con sus dedos hacia el cielo.
“The Green Manalishi”, “Painkiller”, “Breaking the Law”. No faltó ningún tema con el que Judas Priest no pudiera festejar sus 50 años de carrera junto al público argentino, sentando las bases de su inmensa obra que marcó a generaciones y generaciones con su música y estilo incuestionables.